Dicen que anoche hubo un eclipse.
Y, que la Luna estaba muy cerca.
Que casi invadía nuestra atmósfera.
Y por eso se vio roja y radiante.
Por ello la llaman de sangre.
Pero, muchos la vieron borrosa.
Porque sus ojos estaban empañados de lágrimas, y sus cuerpos manchados de sangre.
Hasta la Luna llegó su reflejo.
Primero del color de las penas.
Y después el de la misma sangre.
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